Ir a contenido
¿Por qué es importante entender las leyendas de los suplementos alimenticios que consumes?

¿Por qué es importante entender las leyendas de los suplementos alimenticios que consumes?

 Por qué es importante entender las leyendas de los suplementos alimenticios

En un mundo donde cada vez más personas recurren a suplementos alimenticios para complementar su dieta, el conocimiento sobre lo que realmente estamos consumiendo se vuelve esencial. Las leyendas que aparecen en envases y etiquetas no son simples adornos: contienen información crítica sobre ingredientes, advertencias, contraindicaciones, y propiedades especiales como “sin azúcar” o “apto para celíacos”. Entender estas leyendas es vital para tomar decisiones informadas sobre nuestra salud.

La tendencia al alza en el consumo de suplementos no es casualidad. Factores como el envejecimiento poblacional, estilos de vida agitados, deficiencias nutricionales y mayor conciencia sobre el bienestar han impulsado el uso de productos como vitaminas, proteínas, energizantes, y complementos alimenticios para necesidades específicas. Sin embargo, este crecimiento también ha generado una sobreoferta de productos que puede resultar confusa.

¿Qué entendemos por "leyendas" en suplementos?

Las leyendas en suplementos alimenticios son frases impresas en sus etiquetas o envases que informan al consumidor sobre aspectos específicos del producto. Pueden ser exigencias regulatorias, afirmaciones del fabricante o advertencias sanitarias. Algunas comunes incluyen:

  • "Este producto no reemplaza una alimentación balanceada."
  • "Apto para personas celíacas."
  • "Sin azúcar añadida."
  • "Con alto contenido proteico."
  • "No consumir en caso de embarazo o lactancia sin supervisión médica."

Estas leyendas, muchas veces pasadas por alto, son el primer filtro para identificar si el suplemento es adecuado para nuestras necesidades particulares. En algunos casos, pueden evitar consecuencias indeseadas, como una reacción alérgica o una interacción con medicamentos.

Según el Manual de Etiquetado Nutricional del Ministerio de Salud de Chile, las leyendas deben ser claras, visibles y no inducir a error. Las propiedades nutricionales como "libre de sodio", "bajo en grasas saturadas" o "sin azúcar" tienen definiciones legales específicas según regulaciones internacionales como la FDA en Estados Unidos y la EFSA en Europa. Por ejemplo, para que un suplemento se rotule como “libre en sodio”, debe aportar menos de 5 mg por porción habitual. Asimismo, para etiquetarse como “sin azúcar”, debe aportar menos de 0,5 g por porción.

Riesgos de no entender lo que consumimos

  • Ingesta de ingredientes incompatibles con ciertas enfermedades crónicas (como diabetes, hipertensión o insuficiencia renal).
  • Consumo de componentes prohibidos en ciertas condiciones médicas (gluten, lactosa, estimulantes).
  • Reacciones adversas o interacciones con fármacos que la persona ya está tomando.
  • Suplementación excesiva o inadecuada, que puede dañar órganos como el hígado o los riñones.

Por ejemplo, una persona con intolerancia a la lactosa podría experimentar molestias gastrointestinales al consumir un suplemento que contiene leche en polvo, aun cuando su sabor y presentación no lo sugieran. Un paciente diabético podría elevar su glicemia al ingerir un producto con azúcares ocultos, como maltodextrina, si no lee correctamente la etiqueta.

¿Cómo leer correctamente una etiqueta de suplemento?

Aprender a leer etiquetas puede parecer complejo, pero con algunos consejos prácticos se vuelve una herramienta poderosa. Los elementos que siempre debemos revisar son:

  • Tabla nutricional
    • Especifica cantidades de nutrientes por porción: calorías, proteínas, grasas, azúcares, vitaminas y minerales. Revisa si lo que ofrece está dentro de lo recomendado para ti.
  • Lista de ingredientes
    • El orden importa. Lo que aparece primero es lo más abundante. Así podrás detectar ingredientes no deseados como colorantes, conservantes o alérgenos. En Chile, además, la presencia de alérgenos debe declararse explícitamente, ya sea como ingrediente o como advertencia de contaminación cruzada, por ejemplo, “puede contener trazas de leche”.
  • Leyendas especiales
    • Frases como “sin gluten”, “apto para veganos”, “bajo en sodio” o “sin azúcar añadida” pueden marcar la diferencia. Estas leyendas están reguladas: un producto no puede autodenominarse “reducido en grasas” si no demuestra una reducción de al menos 25% respecto a la versión tradicional.
  • Advertencias sanitarias
    • Suelen estar en letras pequeñas, pero son claves: "mantener fuera del alcance de los niños", "no consumir por más de 30 días", etc.

Estos elementos son aún más relevantes cuando hablamos de personas mayores, embarazadas, niños o pacientes con enfermedades crónicas. Para ellos, un pequeño error de lectura puede significar una gran complicación de salud.

Artículo siguiente ¿Que son los insumos medicos desechables y cuando usarlo?