
Úlceras por presión: causas, factores de riesgo y cómo prevenirlas
Las úlceras por presión, también llamadas escaras o llagas por decúbito, son lesiones que se producen cuando existe una presión constante sobre una parte del cuerpo durante demasiado tiempo. Esto reduce la circulación sanguínea y daña la piel y tejidos subyacentes. Afectan principalmente a personas con movilidad reducida, como adultos mayores postrados, pacientes con lesiones neurológicas o personas hospitalizadas durante períodos prolongados.
Comprender sus causas, factores de riesgo y cómo prevenirlas es fundamental para proteger la calidad de vida de quienes requieren asistencia prolongada.
¿Por qué se producen las úlceras por presión?
Ocurren porque la presión continua interrumpe el flujo de sangre hacia la piel. Esto provoca isquemia (falta de oxígeno) y finalmente la muerte de las células. Además de la presión directa, hay otros mecanismos que favorecen su aparición:
- Fricción
- Cuando la piel se roza repetidamente con sábanas o superficies, se irrita y se daña.
- Cizallamiento
- Se produce cuando la piel se mueve en un sentido y el hueso en otro, afectando vasos sanguíneos y estructuras profundas.
- Humedad excesiva
- Por sudor, orina o incontinencia, que debilita la barrera cutánea.
Factores de riesgo más comunes
Existen condiciones que facilitan la aparición de úlceras por presión:
- Movilidad reducida
- Permanecer demasiado tiempo en cama o silla de ruedas aumenta la presión en zonas específicas.
- Alteración de la sensibilidad
- No percibir dolor o incomodidad dificulta detectar señales de alarma.
- Desnutrición y deshidratación
- Retrasan la regeneración de la piel y reducen su resistencia.
- Edad avanzada
- La piel pierde elasticidad, grosor y capacidad de cicatrización.
Áreas del cuerpo más afectadas
Las zonas más vulnerables suelen ser aquellas donde el hueso está cerca de la superficie de la piel:
- Talones
- Codos
- Caderas
- Sacro (parte baja de la espalda)
- Omóplatos.
Medidas de prevención
Existen estrategias prácticas que pueden reducir significativamente el riesgo de desarrollar úlceras:
- Revisar la piel a diario
- Detectar enrojecimientos, zonas calientes o endurecidas.
- Realizar cambios de posición frecuentes
- Cada 2 horas en cama y cada 15 minutos en silla de ruedas, para aliviar la presión.
- Mantener la piel limpia y seca
- Utilizando productos de higiene suaves y guantes médicos adecuados.
- Proteger zonas de riesgo
- Mediante apósitos hidrocoloides o espumas que amortigüen la presión.
- Usar superficies de apoyo
- Por ejemplo, cojines antiescaras o colchones antiescaras para redistribuir la presión.
- Mantener una alimentación adecuada
- Con nutrientes y líquidos suficientes para fortalecer la piel.
Rol de la persona encargada del cuidado
Observar la piel de manera constante, favorecer cambios de postura, garantizar la higiene y utilizar productos de calidad puede marcar la diferencia. Ante cualquier lesión que no mejore, es importante contactar a personal de salud calificado.
Preguntas frecuentes
¿Pueden aparecer úlceras aunque se movilice con frecuencia?
Sí, porque intervienen factores como la humedad, la alimentación inadecuada o ciertas enfermedades crónicas. Aunque el cambio postural ayuda mucho, siempre conviene revisar la piel a diario y mantenerla seca.
¿Cuándo es necesario acudir a un profesional?
Si existe enrojecimiento que no desaparece al aliviar la presión, heridas abiertas, supuración, mal olor o fiebre, se debe acudir de inmediato al equipo de salud.
¿Cuánto tarda en curarse una úlcera?
Depende de la gravedad. En estadios iniciales puede resolverse en pocos días, pero lesiones avanzadas pueden tardar semanas o meses, y requieren apósitos especiales y seguimiento profesional.
¿Es útil cualquier crema para prevenir?
No. Las cremas cosméticas comunes no protegen lo suficiente. Se recomienda utilizar cremas barrera específicas o productos médicos aprobados.
¿Qué tipo de colchón ayuda a prevenirlas?
Un colchón antiescaras de presión alternante o dinámico distribuye mejor el peso y reduce la presión en las zonas más vulnerables.
¿Qué precauciones tomar al cambiar un apósito?
Lavar bien las manos, usar guantes médicos y seguir las recomendaciones del profesional de salud. Ante signos de infección, se debe consultar sin demora.
¿Dónde conseguir productos para prevenirlas?
Existen apósitos, cojines antiescaras y colchones antiescaras en GUT Salud que ayudan a reducir el riesgo y mantener un mejor cuidado domiciliario.
¿La alimentación influye?
Sí. Una dieta rica en proteínas, vitaminas A y C, zinc y adecuada hidratación refuerza la piel y mejora la recuperación de pequeñas lesiones.